Uno de los aspectos más desconocidos pero también más llamativo del ferrocarril es el de la gestión del tráfico ferroviario. Hoy, cuando nuestra línea permanece carente de trenes por las obras que se están llevando a cabo en ella, vamos a tratar de este interesante tema.
Hoy en día todos los modernos sistemas ferroviarios tienden a la regulación y gestión simultánea de todos los trenes de un amplio ámbito geográfico gracias a la disponibilidad de los telemandos de los dispositivos de control de las estaciones en centros que pueden gobernar cientos e incluso miles de kilómetros de líneas, que gobiernan a distancia los elementos situados en las estaciones y trayectos ferroviarios. En España se suelen denominar CRC (Centros de Regulación y Control) para la red de alta velocidad y CTC (Control de Tráfico Centralizado) en la red convencional. A su vez, pueden existir PRO (Puesto Regional de Operaciones) para la gestión limitada a una sección de un CTC o una línea. Se trata del equivalente a la torre de control en el tráfico aéreo, que permite regular el tránsito de aviones sin verlos físicamente. Pues de la misma manera se puede gestionar el tráfico ferroviario sin ver un tren.
Los sistemas tecnológicos que permiten este gobierno remoto de las líneas ferroviarias para la circulación de los trenes son muy complejos y, en la actualidad, interactúan con otros muchos sistemas automatizados que se hallan interrelacionados, como el establecimiento automático de itinerarios, la información en tiempo real de la ubicación de trenes para facilitarla a los usuarios, o para el aviso de la próxima llegada de trenes a una estación, etc.
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Simulación en Train Director del sur de Andalucía, que incluye el nudo de Bobadilla-Antequera, las cercanías de Malaga y líneas de Algeciras a Córdoba. |
Afortunadamente, para los profanos que queremos aproximarnos a este tipo de gestión ferroviaria disponemos de simuladores de gestión de tráfico que permiten replicar en cierta medida esta actividad en un terminal de ordenador de nuestra casa, o si lo preferimos en una tablet o en el teléfono móvil.
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Uno de los trazados más complejos de gestionar en Train Director consiste en los enlaces ferroviarios de Barcelona con su cabecera en Sants |
A lo largo del tiempo se han desarrollado muchos de estos simuladores de gestión o control de tráfico ferroviario. Uno de los más populares, aunque ya en desuso, es el Train Dispatcher. Al cesar el soporte de este programa han surgido numerosos sustitutos, de los cuales, quizá el más extendido hoy en día es el Train Director, que es de acceso libre y código abierto. Además, habitualmente y como ocurre con los simuladores de conducción, estos programas suelen tener la posibilidad de que el usuario cree y edite líneas reales o inventadas, con lo que se puede lograr gran realismo respecto al movimiento de trenes en funcionamiento en una determinada línea y en un preciso momento. Estas líneas creadas por los usuarios suelen hallarse en bibiotecas, donde se hallan a disposición del resto de interesados, que las pueden descargar de las correspondientes páginas de internet para intentar la simulación.
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Imagen de la simulación de Train Director correspondiente a las líneas del sureste de España de Linares a Almería y Granada |
Puesto que la circulación de trenes en tiempo real y sin incidentes puede llegar a hacer la simulación un tanto aburrida, este tipo de simuladores suele incorporar un multiplicador horario, de manera que podemos acelerar el paso del tiempo hasta por trescientas veces. Al utilizar la aceleración del tiempo, comienza en realidad la dificultad de la simulación, puesto que tenemos que estar pendientes de muchos trenes en varios sitios para coordinar los desvíos y señales para asegurar los cruces y los itinerarios de los trenes para que lleguen a sus destinos correctos sin que las incidencias en un punto determinado repercuta en retrasos en el resto de convoyes de la red gestionada. No en vano el trabajo real en estos centros de control es uno de los trabajos más estresantes que existen, pues aunque muchos de los procesos están automatizados y no requieren intervención, en el momento que se producen retrasos o incidencias como el corte de vía, averías en algún tren, trabajos programados, etc., la complejidad de la operación se dispara pudiendo llegar a ser agobiante.
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