jueves, 19 de diciembre de 2013

El ferrocarril y las fallidas minas de Rubielos



     Es conocido que el ferrocarril siempre ha estado ligado a la explotación minera, industria para la cual ha logrado dar salida a sus productos minerales a precios más competitivos. Desde sus orígenes el Ferrocarril Central de Aragón buscó posibilidades de negocio en el transporte de mineral de su área de influencia. Primeramente lo intentó para dar salida al mineral de hierro de Sierra Menera, en los municipios de Ojos Negros y Setiles. Aunque el acuerdo entre las dos compañías no cuajó, el Central de Aragón realizó transportes de mineral para la compañía minera de forma temporal hasta 1907. En vista del beneficioso negocio que los transportes de mineral podían reportar al ferrocarril, la compañía tanteó otras posibilidades mineras, de las que finalmente sólo fructificó la explotación minera del coto Santa Rosa en Tierga, próxima a la localidad de Calatayud. Pero esta compañía también estudió otras posibilidades de atraer este tipo de tráficos al ferrocarril, en concreto, mineral de hierro desde Bezas y carbón desde Rubielos de Mora.








     En este último caso los amplios estudios llevados a cabo para verificar la viabilidad de la explotación carbonífera nos han dejado un interesante documento en el que los ingenieros extranjeros nos dan una fotografía no sólo de las características de los cotos mineros sino también del estado del país.

     De entre los aspectos comentados en su estudio, resaltamos que los investigadores extranjeros informan del deficiente estado de las comunicaciones para dar salida al producto, con la necesidad de construir un pequeño ferrocarril para enlazar las minas próximas a Rubielos, Fuentes y Olba (Los Pertegaces, Villanueva, Giles, Cazuchos, Artiga), con la estación de Rubielos de Mora:

     Hemos señalado que la mayoría de los expertos, fundamentalmente extranjeros quedaban impresionados por la conformación accidentada del terreno y la escasez de transportes locales.
     Para nuestra región fácilmente se llega a la conclusión de la imposibilidad de explotación, y esta opinión la ha condenado al olvido y también ha hecho dudar de su importancia minera.[sic]
     Durante nuestra primera visita a la zona, precisamente preocupados por la cuestión de los transportes, habíamos buscado los puntos de paso para el establecimiento de una carretera o de un pequeño ferrocarril que uniese la Joaquina con la Amparito, la Ramoneta y la estación.




     Respecto a la mano de obra reflejan una actitud mucho más positiva:

     …como ya hemos comentado, la población es densa. Está compuesta de vigorosos trabajadores, asiduos al trabajo, sobrios y en su mayoría ya han tenido que emigrar para seguir los trabajos de carreteras, ferrocarriles y minas. 
     Su utilización es segura y supone condiciones ventajosas. 
     En el momento actual, los mejores obreros se pagan de 2 a 2P.25, y la media a 1P.75. La jornada de 10 horas de 2P.50 á 3 pts. es segura con un ánimo tranquilo y disciplinado: condiciones ventajosas, pues en las minas de Yerga y Ojos Negros la media de diez horas cuesta 3P.50.
     Por consiguiente, no nos tendríamos más que designar al personal nativo como capataces y jefes de puesto experimentados para asegurar un buen trabajo de extracción.


     A pesar de que el estudio es favorable y propone una inversión de "tan solo" dos millones de pesetas para lograr el establecimiento de la explotación carbonífera, este proyecto no fructificó, perdiendo esta zona una gran oportunidad de desarrollo. Sin embargo, este fracaso industrial ha permitido el mantenimiento de la gran belleza del paisaje natural de esta zona que hoy podemos disfrutar y cuya visita recomendamos a los lectores sugiriéndoles una excursión de la que seguro no se arrepentirán.






CS

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