Para los aragoneses, la línea ferroviaria de Canfranc tiene un significado especial. Se ha convertido en uno de los símbolos de la reivindicación permanente, del afán de desarrollo y de las miras europeístas de nuestra tierra. Desde el punto de vista de la afición ferroviaria, viajar hacia Canfranc siempre es un placer, pues demuestra como la tenacidad y pericia de los ingenieros han logrado la construcción de un ferrocarril que atraviesa una de las zonas orográficamente más difíciles de nuestro país. Es precisamente esta difícil orografía la que deleita al viajero con los majestuosos paisajes que podemos vislumbrar desde la ventanilla de nuestro tren.
Pero desde
1970 el tramo francés del paso fronterizo está cortado y para muchos de los que
hemos viajado en tren hasta Canfranc, el tramo francés de esta línea en la cara
norte de los Pirineos sigue siendo un auténtico desconocido. Así que si
viajamos a Francia cruzando el puerto de Somport, recomiendo a los aficionados
al ferrocarril que reparen en la traza ferroviaria que, casi en paralelo a la
carretera nos acompaña hasta las llanuras de Olorón y Pau.
El 27 de
marzo de 1970 se produjo el famoso accidente en el puente del Estanguet. A partir de ese momento la SNCF decidió la
clausura de servicios que llevaron al cierre de la línea entre Canfranc y
Oloron. Afortunadamente, gracias a la reivindicación permanente de su
reapertura y el compromiso de la Región de Aquitania en julio de 2016 se abrió de nuevo el tramo Oloron-Bedous.
Con el
paso de los años la naturaleza parece querer recuperar la traza del antiguo
ferrocarril pero las grandes obras necesarias para su puesta en funcionamiento
(puentes túneles) todavía son visibles en el valle del Aspe, prácticamente en
paralelo a la carretera que nos lleva desde Somport a Pau. Por ello
si realizamos algún viaje por esta zona merece la pena pararse algún momento
para ver estas obras de envergadura.
Viaducto de Urdos |
También,
si en nuestro viaje alcanzamos la ciudad
de Pau conviene acercarse hasta su estación, puesto que Pau es una ciudad que
también respira mucho ferrocarril. Se halla en la línea principal doble y
electrificada entre Burdeos y Toulouse y de ella parte el ramal a Oloron y
Canfranc. En su estación podemos ver pasar además de trenes regionales los conocidos
TGV. Además
justo en frente de la estación nos sorprenderá un pequeño pero antiquísimo ferrocarril
funicular que sirve para salvar el desnivel entre la vega del río y el Bulevar
de los Pirineos.
Funicular de Pau |
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