El verano
es una época ideal para realizar algún viaje ferroviario aprovechando las
vacaciones. Por ello hoy proponemos un recorrido el Tren Amarillo en el Pirineo
francés, un tren histórico que actualmente presta servicio casi exclusivamente
turístico y que es un referente en cuanto a la complementariedad que puede
lograr la conservación del patrimonio histórico ferroviario con el disfrute
turístico de un majestuoso paisaje y muestra el gran potencial que tienen las
líneas férreas secundarias o en desuso cuando atraviesan unos parajes naturales
impresionantes. Se trata
de un tren en el que volvemos al pasado; donde lo que prima por encima de la
velocidad y el confort de los trenes modernos es el mero placer de viajar;
donde todavía podemos asomarnos a la ventanilla para disfrutar del paisaje.
Tren amarillo al paso del viaducto de Séjourné (Wikipedia) |
El Train Jaune espera su salida en el andén de La Tour de Carol |
Estación internacional de La Tour de Carol-Enveitg, donde comienza nuestro recorrido. En primer plano la triste topera donde finaliza la vía de ancho ibérico que viene de Barcelona. |
El Tren Amarillo,
Train Jaune o Tren Groc es una línea de tren de vía métrica que recorre la
Cerdaña francesa entre Enveitg y Villefranche en pleno pirineo. La línea está
servida por antiguos trenes pintados en una característica librea de colora
amarillo que le da este singular nombre. En la estación internacional de La
Tour de Carol-Enveitg conecta con las líneas de ancho ibérico que llega hasta
Barcelona por Puigcerdá y de ancho UIC que lleva a Toulouse y en el extremo de
Vilefranche-Vernet con la de ancho internacional de SNCF que discurre hacia
Perpignan. Esta modesta línea métrica fue inaugurada en 1910 hasta la estación
de Mont-Louis – La Cabanasse, llegando a La Tour de Carol – Enveitg en 1927.
Se trata
de un verdadero tren de montaña pues inicia su recorrido a 427 metros sobre el
nivel del mar y remonta el valle del río Tet alcanzando los 1593 metros de
altitud en la estación de Bolquere-Eyne para continuar después hacia Enveitg
donde llega tras recorrer 62,5 kilómetros. Hay que destacar que la mencionada
estación de Bolquere-Eyne ostenta el record de altitud de todas las estaciones
de la red ferroviaria francesa operada por SNCF. Esta singularidad obliga al
pequeño ferrocarril a afrontar fuertes rampas que llegan al 6% y a sortear
numerosos accidentes geográficos mediante 19 túneles y varios viaductos, de los
que los dos más importantes son los de Pont Séjourné y el de Pont Gisclard,
ambos monumentos nacionales.
El primero
de estos viaductos, el Pont Séjourné de 236 metros, es un majestuoso puente
construido en mampostería, con las arcadas en dos niveles separados por un
tablero intermedio para salvar un profundo barranco sobre el río. El segundo de
los viaductos es el Pont Gisclard, cuya peculiaridad es que se trata de un
puente colgante atirantado, característica nada común en las infraestructuras
ferroviarias, siendo éste el puente colgante más largo de Francia en servicio.
Las tirantas se apoyan en dos pilastras de 28 y 32 metros de altura dejando un
vano intermedio de 151 metros a 80 metros de altura sobre el curso del Tet.
La peculiaridad
más destacada de esta línea la constituye sus característicos trenes. El
servicio se lleva a cabo con vetustos automotores eléctricos de la serie Z100
de construidos en 1910 aunque renovados en dos ocasiones. Al tratarse de una
línea de montaña con fuertes rampas la tracción elegida fue lógicamente la
eléctrica. El sistema elegido fue el de 850 voltios que capta el tren mediante
un tercer carril lateral. Otra singularidad de estos trenes es la de disponer
de coches descubiertos, ideales para hacer fotografías o simplemente disfrutar
del majestuoso paisaje. En 2004 y ante la antigüedad de este material, la SNCF
decidió adquirir dos modernas unidades de la serie Z150 construidas por
Stadler, pero su aceptación por parte
del público ha sido más bien fría.
La línea
cuenta con 22 paradas, de las que sólo 8 son estaciones con posibilidad de
cruce. El bloqueo se realiza por radio y los desvíos de las estaciones son
talonables. Cada día solamente dos trenes por sentido recorren la línea
completa, pero entre Villfranche y Font Romeu-Odeillo-Via circulan otros tres
más reforzando el tramo donde se encuentran los paisajes más espectaculares y
que, por lo tanto, es también el más demandado por el público. Es en este tramo
donde el tren circula constreñido entre la montaña y el precipicio en el
estrecho valle del Tet y donde prima la verticalidad del paisaje.
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