martes, 13 de agosto de 2019

El Train Jaune en la Cerdaña francesa


     El verano es una época ideal para realizar algún viaje ferroviario aprovechando las vacaciones. Por ello hoy proponemos un recorrido el Tren Amarillo en el Pirineo francés, un tren histórico que actualmente presta servicio casi exclusivamente turístico y que es un referente en cuanto a la complementariedad que puede lograr la conservación del patrimonio histórico ferroviario con el disfrute turístico de un majestuoso paisaje y muestra el gran potencial que tienen las líneas férreas secundarias o en desuso cuando atraviesan unos parajes naturales impresionantes. Se trata de un tren en el que volvemos al pasado; donde lo que prima por encima de la velocidad y el confort de los trenes modernos es el mero placer de viajar; donde todavía podemos asomarnos a la ventanilla para disfrutar del paisaje.

Tren amarillo al paso del viaducto de Séjourné (Wikipedia)

El Train Jaune espera su salida en el andén de La Tour de Carol 



Estación internacional de La Tour de Carol-Enveitg, donde comienza
nuestro recorrido. En primer plano la triste topera
donde finaliza la vía de ancho ibérico que viene de Barcelona.

     El Tren Amarillo, Train Jaune o Tren Groc es una línea de tren de vía métrica que recorre la Cerdaña francesa entre Enveitg y Villefranche en pleno pirineo. La línea está servida por antiguos trenes pintados en una característica librea de colora amarillo que le da este singular nombre. En la estación internacional de La Tour de Carol-Enveitg conecta con las líneas de ancho ibérico que llega hasta Barcelona por Puigcerdá y de ancho UIC que lleva a Toulouse y en el extremo de Vilefranche-Vernet con la de ancho internacional de SNCF que discurre hacia Perpignan. Esta modesta línea métrica fue inaugurada en 1910 hasta la estación de Mont-Louis – La Cabanasse, llegando a La Tour de Carol – Enveitg en 1927.

Las vistas desde el tren son espectaculares

Perfil de la línea

     Se trata de un verdadero tren de montaña pues inicia su recorrido a 427 metros sobre el nivel del mar y remonta el valle del río Tet alcanzando los 1593 metros de altitud en la estación de Bolquere-Eyne para continuar después hacia Enveitg donde llega tras recorrer 62,5 kilómetros. Hay que destacar que la mencionada estación de Bolquere-Eyne ostenta el record de altitud de todas las estaciones de la red ferroviaria francesa operada por SNCF. Esta singularidad obliga al pequeño ferrocarril a afrontar fuertes rampas que llegan al 6% y a sortear numerosos accidentes geográficos mediante 19 túneles y varios viaductos, de los que los dos más importantes son los de Pont Séjourné y el de Pont Gisclard, ambos monumentos nacionales.

Puente colgante de Gisclard (SNCF)

Paso por el puente colgante

     El primero de estos viaductos, el Pont Séjourné de 236 metros, es un majestuoso puente construido en mampostería, con las arcadas en dos niveles separados por un tablero intermedio para salvar un profundo barranco sobre el río. El segundo de los viaductos es el Pont Gisclard, cuya peculiaridad es que se trata de un puente colgante atirantado, característica nada común en las infraestructuras ferroviarias, siendo éste el puente colgante más largo de Francia en servicio. Las tirantas se apoyan en dos pilastras de 28 y 32 metros de altura dejando un vano intermedio de 151 metros a 80 metros de altura sobre el curso del Tet.




     La peculiaridad más destacada de esta línea la constituye sus característicos trenes. El servicio se lleva a cabo con vetustos automotores eléctricos de la serie Z100 de construidos en 1910 aunque renovados en dos ocasiones. Al tratarse de una línea de montaña con fuertes rampas la tracción elegida fue lógicamente la eléctrica. El sistema elegido fue el de 850 voltios que capta el tren mediante un tercer carril lateral. Otra singularidad de estos trenes es la de disponer de coches descubiertos, ideales para hacer fotografías o simplemente disfrutar del majestuoso paisaje. En 2004 y ante la antigüedad de este material, la SNCF decidió adquirir dos modernas unidades de la serie Z150 construidas por Stadler,  pero su aceptación por parte del público ha sido más bien fría.

Cruce con otra composición

     La línea cuenta con 22 paradas, de las que sólo 8 son estaciones con posibilidad de cruce. El bloqueo se realiza por radio y los desvíos de las estaciones son talonables. Cada día solamente dos trenes por sentido recorren la línea completa, pero entre Villfranche y Font Romeu-Odeillo-Via circulan otros tres más reforzando el tramo donde se encuentran los paisajes más espectaculares y que, por lo tanto, es también el más demandado por el público. Es en este tramo donde el tren circula constreñido entre la montaña y el precipicio en el estrecho valle del Tet y donde prima la verticalidad del paisaje.






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