Desde
mediados del año pasado el servicio de trenes entre Zaragoza y Valencia ha
venido sufriendo un deterioro en la calidad prestada que ha redundado en un
considerable incremento en los tiempos de viaje. Desde la implantación de los
actuales horarios en julio del año pasado, el retraso medio de los trenes que
hacen el servicio ha llegado a ser según trayectos de hasta 20 minutos(!). El
aumento del tiempo de recorrido de los trenes se debe fundamentalmente a la
inestabilidad de varios terraplenes que obliga a establecer múltiples
limitaciones de velocidad de 30 kilómetros por hora. Este aumento del tiempo de viaje se ha visto
acompañado por una sucesión de incrementos en el precio de los billetes que ha
originado el lógico descenso de la demanda y, por lo tanto, de la ocupación de
los trenes. En este estado de cosas, la percepción del ferrocarril como medio
de transporte eficaz para los desplazamientos en la provincia de Teruel ha
caído en picado entre la ciudadanía que vuelve a buscar medios alternativos de
movilidad.
Con
motivo de la reciente firma del convenio entre Renfe y DGA para el mantenimiento
del servicio de trenes entre Valencia y Zaragoza, se ha procedido a la
modificación de horarios de los trenes de Media Distancia que cubren este itinerario desde el 19 de octubre. Tanto representantes
políticos como de Renfe se han apresurado a anunciar que el incremento de los
tiempos de viaje se debe a las obras que van a comenzar en dos puntos
singulares para corregir las deficiencias de la plataforma de vía comentadas
más arriba, en concreto en los accesos a los puentes de la Rambla Valadín y de la Rambla de Valdelobos
entre Teruel y Caparrates.
Sin
embargo, si observamos con detenimiento los tramos en los que se aumenta el
tiempo de marcha a los trenes, constatamos que estos incrementos de tiempo se
producen entre Teruel y Zaragoza, en vez de entre Teruel y Valencia, que es
donde se realizan las obras (entre Teruel y Caparrates, donde se proyectan las obras, la mayoría de los trenes, incluidos los mercancías ¡mejoran los tiempos de recorrido!).
Por
lo tanto, la solución planteada ante las deficiencias de la infraestructura que
aumentan los tiempos de viaje se ha limitado a la inclusión de estos mayores
tiempos en los horarios de los trenes. De esta manera los trenes dejarán de
circular con retraso, eso sí, aumentando considerablemente el tiempo final del
viaje que es lo que mueve al cliente a decantarse por tomar el tren en vez de
otro medio de transporte alternativo. El resultado de esta modificación de
horarios nos lleva conseguir unos
tiempos de viaje totales similares a los del año 2007 ¡antes de la
conversión de la línea de Teruel a Zaragoza en línea de alta velocidad!
Siendo
así, una de dos: o los representantes de Renfe engañan a los miembros de la
Comisión de Seguimiento del Convenio de la DGA, o bien los políticos de esta
Comisión son conscientes de esta maniobra y pretenden engañar a los ciudadanos
extendiendo la cortina de humo de que los aumentos de tiempo se deben a unas
obras que se llevarán a cabo en unos puntos distintos a donde en realidad se pierden
esos tiempos. Dejemos que el lector informado decida: ¿quién miente a quién?
Gran artículo. Mienten... como siempre los políticos que tenemos. Da igual qué color tengan, el engaño que sufrimos en Teruel es constante desde hace años. Los motivos? pues que no somos "nadie". Con tan poco número de votos, los intereses de esta provincia no importan, no tienen peso (traducido en votos....).
ResponderEliminarA los sufridos turolenses, la palabra "resignación" la tenemos muy muy asumida, porque creo y lamentándolo mucho que es lo único que podemos hacer.
Saludos resignados.