El objetivo de las subvenciones ferroviarias es que un servicio
ferroviario de calidad llegue al máximo de población, aunque la administración
tenga que asumir el déficit que se genere. La mayoría de los servicios ferroviarios de viajeros entre
Zaragoza y Valencia son operados por el área de negocio de Media Distancia de
Renfe-Operadora en virtud de la Obligación de Servicio Público, dado que este
servicio está subvencionado. También los servicios entre Teruel y Valencia y
entre Teruel y Zaragoza son prestados gracias a la subvención acordada entre
Renfe y el Gobierno de Aragón mediante el correspondiente convenio.
La estructura funcional de Renfe-Operadora divide sus áreas
de actuación en dos departamentos, a saber, Alta Velocidad/Larga Distancia y
Cercanías/Media Distancia. Una de las diferencias fundamentales entre estas dos
áreas de gestión reside en la imposibilidad de la primera de ellas para recibir
subvenciones de la Administración. Por ello los servicios ferroviarios
comentados son prestados por la segunda de ellas, en concreto Media Distancia.
Una de las consecuencias más relevantes para la prestación
de un servicio subvencionado reside en que no es posible una fijación libre de
precios de cara al usuario. Por ello se determinan unos precios mínimos que
serán cobrados al usuario, con independencia de cualquier otra circunstancia.
Esta es una de las razones por las que los precios que pagan los viajeros han
sufrido sucesivos incrementos, a pesar de que ni la calidad del servicio ni los
tiempos de viaje han mejorado.
Sin embargo, la posibilidad de reducir los precios en los
trenes de Larga Distancia ha permitido ofrecer precios muy competitivos que han
redundado en un aumento de los viajeros transportados (recordemos que este es
el objetivo último del servicio ferroviario entendido como servicio público).
Esta situación lleva a casos surrealistas como el que
ponemos como ejemplo a continuación. A
fecha de hoy podemos ver en la web de Renfe que si viajamos entre Vitoria y
Zaragoza podemos elegir hacerlo en un mismo tren cuyo billete Renfe
comercializa de dos maneras: como
Regional (Media Distancia) a un precio de 22,15 euros Y como Alvia
(Larga Distancia) a un precio variable desde
16,85 a 19,85 euros. No se trata
de un error. Mismo tren; mismo horario; mismo tiempo de viaje; mismo confort.
La diferencia reside en que como tren de Media Distancia no se pueden bajar los
precios al mismo nivel del Alvia, el mismo viajero puede optar por pagar 5,6 ó
7,3 céntimos por kilómetro para un mismo tren.
La conclusión es obvia. Si podemos ofrecer un mejor tren,
con igual servicio y tiempo de viaje a mejor precio ¿por qué hay que
subvencionarlo? Máxime cuando el incremento de viajeros debido a la bajada de
precios (elasticidad) posibilita la reducción e incluso eliminación del posible
déficit en el que incurrimos.
La extrapolación de este singular caso entre Vitoria y
Zaragoza a los trenes que recorren nuestra línea daría como resultado que los
billetes entre Teruel y Zaragoza pasaran de costar 14,85 a 10,5 euros y los de Zaragoza a Valencia pasaran de 34,15
a 20 euros . Con ello se conseguiría un incremento del número de viajeros que
podría incluso mejorar el ratio de ingresos/gastos de estos trenes. Y esto se
lograría ¡solamente cambiando del nombre del tren!
Por eso desde aquí recomendamos que la próxima vez que el
Gobierno de Aragón negocie un convenio
con Renfe para prestación de servicios ferroviarios (que cuesta unos cuatro
millones de euros al año) solicite a la misma Renfe o al
Ministerio de Fomento la sustitución de los trenes Regonales/Media Distancia
por otros de Larga Distancia (pongamos como ejemplo un
Bilbao-Zaragoza-Valencia-Cartagena) que den mejores prestaciones a precios más
bajos, con lo que la ocupación de los trenes aumentaría, se reduciría la
necesidad de aportación de subvenciones y finalmente se conseguiría el objetivo
último de que el servicio público
ferroviario de calidad llegara a más ciudadanos.
Totalmente de acuerdo.
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