Hoy nuestra sección de modelismo la vamos a dedicar a la decoración, en concreto a la recreación de una charca. Esta técnica es aplicable a cualquier representación en la que queramos simular acumulación de agua.
La idea original es rellenar una declividad de nuestro terreno artificial con unos pequeños estanques naturales.
El primer paso es lograr una superficie horizontal que será la del nivel de agua. Para ello cortamos un plástico plano y rígido y vamos dándole forma al contorno para que el borde del estanque se adapte al talud del terreno circundante. Si nos queda alguna pequeña rendija no pasa nada porque la taparemos en la siguiente fase.
Ahora cubrimos la lámina plástica con papel de cocina impregnado en una mezcla al 50% de cola blanca y agua. Con el papel solaparemos la lámina que representa el nivel del agua con el terreno circundante eliminando así los huecos que nos hubiesen podido quedar en las orillas. Repetiremos ese proceso con varias capas de papel hasta lograr que la superficie de nuestro lago tenga algo de consistencia. Mientras nuestro papel impregnado se mantiene húmedo es posible realizar con él algunas irregularidades con ayuda de alguna brocha o pincel y que representan la turbulencia del agua. Cuanto más movimiento en la superficie queramos representar, más irregular deberá ser. En general, para aguas tranquilas el centro del lago suele tener menores ondulaciones que las zonas próximas a las orillas. Esto es aplicable también en el caso de que representemos cauces de ríos o el agua del mar en un puerto, por ejemplo.
Para disimular la discordancia en las orillas de nuestro lago hemos decidido añadir unas pequeñas piedras, que convenientemente pintadas más tarde, se integrarán en el paisaje.
Cuando nuestra capa de textura ya está seca pasamos a la fase de pintura. Aquí podemos dar libertad a nuestra imaginación. Yo, en este caso y siguiendo recomendación general de otros modelistas he utilizado los colores blanco, marrón, verde y negro. La elección de estos colores responde al razonamiento siguiente. La base de color es el marrón, similar a la del terreno circundante. Pero la presencia de algas conforme nos acercamos al centro del lago hace que el tono se vaya haciendo más verduzco o grisáceo. Por eso se introduce mezcla de marrón y verde en la que éste último color cada vez va aumentando de proporción. Al acercarnos al centro del estanque, el agua más profunda oscurece el fondo así que la transición ahora es de verde a negro combinando estos colores y dando progresivamente más peso al negro sobre el verde. El blanco sirve para aclarar los tonos de los otros colores en caso necesario.
Para aportar el brillo propio del líquido elemento damos una capa de cola blanca por encima de la pintura. La cola blanca se vuelve transparente cuando se seca y aporta sensación de profundidad. Si queremos más brillo podemos aplicar una o más capas de barniz transparente por encima dejando siempre que se seque la capa aplicada con anterioridad.
Finalmente incorporamos vegetación al gusto. En nuestro caso he decidido colocar arbustos en las orillas para camuflar el contacto entre la orilla del lago, las piedras del borde y los taludes realizados originalmente con escayola pintada.
Más información sobre esta técnica se puede ver en markilnofsweden:
https://www.youtube.com/watch?v=aqKcZx8M64k
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