Retomamos en esta ocasión la segunda parte de la construcción de vagones de acompañamiento de nuestra grúa para conformar un tren de intervención. En esta ocasión mostramos la construcción de un vagón de bordes bajos de bogies siguiendo un proceso similar al descrito en nuestro artículo anterior para la realización de un pequeño vagón de acompañamiento. Aunque hemos presentado este proyecto de tren de intervención en tres artículos diferentes, el proceso de construcción ha sido simultáneo, de manera que nos ahorramos mucho tiempo en muchas de las fases que se realizan de manera prácticamente idéntica en muchos casos.
La
construcción del vagón de intervención propiamente dicho no difiere de lo
explicado en el artículo anterior para el montaje de nuestro pequeño vagón de
acompañamiento. Es más, la mecánica del rodamiento y enganches se simplifica
todavía más.
Realizamos la caja del vagón a partir de una lámina de poliestireno de 135x29mm alrededor de la cual pegamos bandas de 7 mm de anchura que conformarán los bordes del vagón. En los laterales pegamos tiras de 1mm de anchura a intervalos regulares para hacer los refuerzos de las paredes de los bordes. Para el suelo del vagón hemos confeccionado una plancha de espuma rígida de las mismas dimensiones a la que hemos marcado líneas paralelas con una cuchilla simulando la tablazón del piso.
Como el suelo del vagón lo hemos confeccionado con pvc espumado, en la parte inferior pegamos una lámina de aluminio de 1 mm de grosor que le dará rigidez a la caja. En esta lámina hemos realizado dos taladros de 0,7 mm de diámetro donde alojaremos las cabezas planas de los tornillos que nos servirán de pivotes de los bogies. Éstos ya incorporan los enganches. En los bajos del vagón, en la parte libre que queda en el centro entre los bogies hemos pegado unas piezas de resina que aparentan armarios de herramientas. En realidad son réplicas de resina de cajas de baterías de otros modelos de vagón de pasajeros, pero son adecuadas para el efecto estético que estamos buscando.
En los
testeros del vagón pegamos las vigas portatopes a la altura adecuada. Estas
piezas de resina ya incorporan unos peldaños laterales de acceso aunque, dada
su fragilidad, algunos se nos han roto posteriormente.
Quizá lo
más interesante de este modelo sea el equipamiento que añadimos al vagón para
convertirlo en un equipamiento para el trabajo con carriles. Aquí interviene de manera fundamental la imaginación del modelista, pudiendo incorporar los detalles que desee para darle al vagón cualquier tipo de uso., real o ficticio. Yo, basándome en un modelo
realizado por un modelista británico, he vuelto a nuestro cajón de sastre en
busca de cachivaches que nos pudieran servir para realizar un montaje, que
aunque no sea muy fiel a la realidad, pudiera resultar verosímil en nuestro
ferrocarril en miniatura. Así, utilizaremos restos de armazones de kits de construcciones,
piezas obtenidas del despiece de pequeños dispositivos electrónicos y recortes
de unos bajos de camiones que tuvimos que cortar cuando, en su momento,
realizamos una composición de vehículos trans-trailer.
Pintamos estos elementos de color amarillo a juego con el resto del vagón, y los apoyos y algunos otros elementos en negro. Ya sólo queda fijarlos en el lugar adecuado, para lo que hemos decidido la posición que muestran las fotografías. Finalmente completamos el conjunto con un par de carriles y con unas bobinas de inducción obtenidas del despiece de un aparato electrónico y que, pintadas de negro, aparentan bobinas de cable.
Con este tercer vehículo ya tenemos lista nuestra composición preparada para salir en el momento en el que se la necesite para asistir a algún socorro o descarrilo de los que también se producen con cierta frecuencia en nuestro ferrocarril en miniatura.
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