sábado, 2 de marzo de 2019

La licitación del desmantelamiento de la vía de Santa Eulalia a Ojos Negros impide la implantación de un tren turístico en esa línea.

    La reciente licitación por parte de Emfesa del levantamiento de los carriles y traviesas de la vía que une Santa Eulalia y Ojos Negros pone en serio peligro la posibilidad de ver circular trenes turísticos por ese ramal.

     Después de que la Plataforma por la defensa y el desarrollo del ferrocarril en Teruel haya intensificado los contactos institucionales de cara a la modificación del proyecto de vía verde iniciado por las comarcas turolenses afectadas para compatibilizar el tránsito de ciclistas con el uso ferroviario, la noticia de la licitación del desmantelamiento de la vía ha caído como un jarro de agua fría. El proyecto de la Plataforma pretende simultanear el uso ciclista con la circulación de trenes turísticos de manera que las posibilidades turísticas de la zona se multipliquen.


     Sin embargo, la falta de agilidad a la hora de concertar reuniones con las administraciones afectadas (ayuntamientos y Comarca del Jiloca) ha hecho perder un tiempo precioso para esta ambiciosa iniciativa de manera que ahora la excusa que se pone es que el proyecto llega demasiado tarde. Parece sorprendente lo costoso que resulta llevar a cabo iniciativas creadoras de desarrollo como las mismas infraestructuras que desde los colectivos sociales se están reivindicando y lo fácil y rápido que se pueden desmantelar, contando además con la agilización de trámites que ha supuesto la intervención de algunas administraciones.

     La adjudicación del levante de la vía por un precio de 750.000 euros apunta a que el valor de achatarramiento de los materiales supera el millón y medio de euros. Es curioso que no nos hayamos parado a valorar tan valioso patrimonio que ahora se lo quedarán dos empresas particulares que, por supuesto, no son de Teruel.
 

     Sorprende además que la comarca del Jiloca y los ayuntamientos más favorecidos por este proyecto sean los más reacios a la modificación de la vía verde tal y como ahora está proyectada. Actitud comprensible para localidades de escasa entidad como Peracense o Almohaja pero no para Ojos Negros, que debería conocer de primerísima mano las consecuencias que ha tenido la reconversión minera en términos de pérdida de población y riqueza, al igual que Santa Eulalia, localidad que además quedaría completamente fuera de la vía verde. 

     Es cierto que la paralización del actual proyecto de conversión del ramal ferroviario en vía verde supone la demora en un proyecto que lleva trabajándose durante varios años, pero la propuesta de la Plataforma ferroviaria mejora sustancialmente las posibilidades de desarrollo ampliando los potenciales visitantes de la zona no solamente a los ciclistas, sino a colectivos turísticos más amplios, como turismo familiar o aficionados a los viajes ferroviarios históricos. Como ejemplo del éxito de una iniciativa de este tipo está el tren minero de Utrillas, que llena el pueblo de turistas cada vez que se programa su circulación.


     En este sentido acabamos de presenciar en estos días cómo el paso de un tren turístico de época atrajo hacia Teruel, no sólo a viajeros provenientes del extranjero con un elevado poder de gasto, sino también a multitud de aficionados al ferrocarril venidos de otros puntos de España. Esperamos también que una iniciativa similar se repita el próximo 23 de marzo, cuando AZAFT fleta su histórico Tren Azul con otras trescientas personas que llenarán los restaurantes de Teruel, con lo que estamos en condiciones de constatar que la puesta en valor de los trenes históricos y del patrimonio actualmente en desuso presenta un retorno económico notablemente superior al de la vía verde de uso exclusivamente biciclista. Tanto es así que incluso los colectivos de aficionados a la bicicleta a los que se les ha explicado esta iniciativa han dado su visto bueno por la perfecta compatibilidad con el uso deportivo de la vía verde. 

     Por ello no entendemos la negativa al proyecto ahora presentado que, además de ser compatible con el uso ciclista puede aportar más dinamismo económico a una zona muy deprimida y especialmente castigada por la despoblación y la reconversión industrial. Cierto es que un proyecto más ambicioso supone la obligación de trabajarlo más de manera que el objetivo final es que el turismo ferroviario se imbrique en otras ofertas adicionales como la gastronomía, el senderismo, las visitas a los restos arqueológicos y mineros de la zona, etc. pero también por ello, las posibilidades de dinamizar la comarca se amplifican, lo que redunda en la generación de puestos de trabajo que fijen población y atraigan desarrollo y riqueza.
 

     Para nosotros la elección es simple: o nos conformamos con un proyecto de vía verde que aporte menos riqueza pero que no nos obligue a nada (véase por ejemplo el estado actual de la vía verde entre Albentosa y Teruel) o apostamos por un plan mucho más ambicioso que además es perfectamente compatible con el anterior, que permitirá generar mayor valor añadido, riqueza y desarrollo y contribuirá a paliar la lacra de la despoblación de la que tanto nos quejamos últimamente. 

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